miércoles, 17 de octubre de 2012

Relato de Julio Merino: << Las "orgías" de la Duquesa de Alba >>.


Las "orgías" 
de la Duquesa de Alba







La "leyenda negra" de la Casa de Alba nació con el Gran Duque de Alba, aquel que estuvo con Carlos V en Muhlberg y luego como Gobernador de Flandes y sus famosos Tercios llegó a ser más temido que el Demonio mismo ("Niño, come o llamo al Duque de Alba"), y continuó siempre, como un baldón, con todos sus herederos.
Cayetana era digna descendiente de aquel gran hombre en lo bueno y en lo malo. Si hubiera nacido hombre –lo decía ella misma- habría escogido la carrera de las armas, pero como nació mujer, y muy guapa, y muy rica, toda su fuerza innata, toda su imaginación, todas sus ansias y sus apetitos, los dirigió a "vivir la vida" sin límites, desde que un día se miró al espejo desnuda y se enamoró de su propio cuerpo. La Duquesa era un terremoto permanente, un volcán de pasiones y belleza, el mar embravecido, las cataratas del Nilo.
En 1798, cuando se celebra la fiesta que aquí vamos a contar, María del Pilar Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo tenía 36 años y estaba viuda. Era el día 30 de mayo, festividad de San Fernando y la Nobleza quería celebrar a lo grande el Santo del Príncipe de Asturias. De ahí que allí, en el Palacio Ducal, estuviera la flor y nata de la Corte.
Desde las baronesas de Rinini, de Castuera, de Lobatón, de Talavera, de Calatayud, de Monteagudo, de Missen, etc.
Desde las marquesas de Santa Cruz, de San Idelfonso, de Carmona, de Nova Carteía, de Vitigudino, de Espinosa de los Monteros, de Cullera, de Tarifa, de Mantua, de Lión, de Cartago, de Villagarcía de Arosa, de Santillana del Mar, de Turín, de Burdeos, etc.
Desde las condesas de Elda, de Chinchón, de Haro, de las Rías Bajas, de Cádiz, de la Albufera, de Monte Perdido, de Braganza, de Tomelloso, de Andújar, de las Navas de Tolosa, de Guadalete, de Segovia, de Munda, de Lérida, de Estrada y otras.
Desde las duquesas de Osuna, de Mota del Cuervo, de Espejo, de Medina Sidonia, de Badajoz, de Florencia, de Lima, de Río de la Plata, de Cabra, de los Monteros, del Algarbe, de Coimbra, de la Alcarria, de Ronda, de San Fernando, de Canterbury, de Bailén y otras que no recuerdo.
Naturalmente todas acompañadas por sus maridos o por algún miembro de la familia.
También asistieron algunos embajadores, entre ellos, el de Francia, el de Inglaterra, el de Prusia, el de Holanda, el de Japón y el de Suecia… y algunos generales, cual Riquelme, Morla, Castaños, Palafox, San Carlos, Blake y Solano.
Y para que no faltase una representación de la Casa Real allí estaban la infanta María Teresa, hermana del Rey Carlos IV, y el infante Luis María de Borbón y Villabriga, conde de Chinchón, nieto de Felipe V y primo del Rey.
El programa de la Fiesta (que acabó siendo una "orgía", como se verá enseguida) lo prepararon, muy en secreto y con un mes de anticipación, Cayetana y su "amigo" Goya (que además se encargó de decorar el Palacio y hacer los decorados de la función teatral).
Y constaba de cuatro sorpresas:
Una, el "menú" de la cena. Cayetana ideó que esa noche sólo hubiera jamón y mariscos de Galicia (todo lo imaginable de las costas y los mares gallegos) con una sorpresa dentro de la sorpresa: todo el marisco se condimentaría a las finas hierbas, pero ¡ojo!, no las hierbas clásicas sino las que nacían salvajes en los alrededores del Castillo de Piedrahita, unas hierbas aromáticas que al decir de sus campesinos (y ella lo había experimentado) resultaban afrodisiacas en grado "hasta peligroso" y que encendían el apetito sexual masculino y femenino. Sus capataces las daban a comer tal cual las recogían a los animales en celo (las llamaban "Las milagrosas").
La segunda era una representación teatral, que le encargaron, también en secreto, al gran Isidoro Maiquez, la máxima estrella de aquellos años, quien aconsejado y asesorado por Goya montó un "cuadro" titulado "La danza de los Demonios" (recogido de la obra "Los demonios del Hechizado", que él mismo había representado en el Teatro Príncipe).
La tercera, era un Concurso de belleza, pero no para elegir a la más bella de las presentes, sino para elegir los "Pechos mejor formados y más bellos", eso sí, ello se haría en el mayor de los anonimatos (o sea con máscara). Sólo la ganadora y sus Damas de Honor tendrían que mostrar su cara e identificarse. Para lo cual, y sin explicaciones, la Duquesa les había pedido a sus invitadas que esa noche fuesen con vestidos muy escotados.
Y la cuarta sorpresa era todavía más escandalosa y libertina. ¡Lo nunca visto!. (Y es que Cayetana ya tenía noticias de la "enfermedad" del Príncipe Fernando). O sea, un Concurso-campeonato de Penes, en el que tenían que participar por obligación todos los hombres presentes.
Cayetana y Goya se lo pasaron en grande mientras imaginaban y realizaban el Programa.
Y así llegó la gran Fiesta. Aquella noche sólo el ver llegar los carruajes con sus caballos fue en sí un espectáculo para la pobre gente que se había colocado a las puertas del Palacio. Fueron unos doscientos carruajes.
La cena comenzó a las nueve de la noche y efectivamente los invitados quedaron sorprendidos por la Decoración del gran comedor (y hasta aplaudieron a Goya) y por el "menú" extremeño (jamones)-gallego (mariscos). Lo que no supieron nadie ni les alertó fue lo de las hierbas "milagrosas", que luego harían su efecto
4 .  Cuando terminó la cena los invitados pasaron al Teatro del Palacio (todos los Palacios de los Grandes de España tenían su propio
4
Sería imposible detallar uno a uno los vestidos de las Damas, ni tampoco de las joyas. Sólo señalaré que nunca se habían visto escotes más grandes, por delante y por detrás. Algunas Señoras llevaban uno o los pechos al descubierto.84 RELATOS teatro) y se fueron acomodando sin etiqueta alguna. Eso sí, "se hablaba por los codos" y se comentaba el "menú", y las "milagrosas" ya comenzaban a notarse.
En un momento dado sonaron unas campanillas y se anunció que comenzaba la función teatral. Un ejército de servidores apagaron las luces y los músicos iniciaron los compases de la zarzuela "Las segadoras de Vallecas" (de Don Ramón de la Cruz y el maestro Rodríguez Hita), que ya llevaban 30 años de éxito y que los madrileños se sabían y cantaban de memoria. (Mucho después llegarían La verbena de la Paloma, La Revoltosa, Gigantes y Cabezudos y tantas más que hicieron olvidar a las de finales del siglo XVII).
Y se levantó el telón… y un ¡oh! De sorpresa y entusiasmo saltó en la sala. Los decorados de Goya eran una explosión de negros, rojos y amarillos. ¡Un aquelarre de Demonios, titiriteros y animales exóticos y fieros!... que hasta provocó algunos aplausos, que fueron cortados en seco por la aparición en escena, muy rápidos y como si fueran saltimbanquis, de un grupo de Demonios, con disfraces muy dispares (también diseñados por Goya), y dando saltos acrobáticos y volatineros.
El último en salir fue Isidoro Maiquez, disfrazado de Lucifer y portando un muñeco tamaño natural que imitaba al odiado Príncipe de la Paz, y que depositó en el suelo, en un primer plano del escenario. Los demonios, sin dejar de hacer piruetas y como en una danza macabra, se van acercando al muñeco y presentando sus "credenciales". El primero Lucifer.
LUCIFER.- Ja, ja, ja… ¡Bastardo!... Yo soy Lucifer, el Emperador de toda la Atmósfera tenebrosa, mozo y guapetón. (Y se retira).
BELCEBUT.- Y yo soy Belcebut, el amigo de la parranda y gran general de las Profundidades Hediondas.
ARTAROTH.- ¡¡Corrupto!!... Yo soy Artaroth, Gran Duque del Hoyo sin fin, tercero en saber y Gobierno.
SATANACHIA.- ¡Cabrón!... Y yo soy Satanachia el Sordo, el de patas de avestruz, el dueño de las mujeres y las zorras.
LUCÍFOGO.- ¡¡Traidor!!... Y yo soy Lucífogo, Gran Maestro del oro y la plata, el que todo lo compra y todo lo vende. El Artífice del engaño y Rey de las cloacas.
MARBÁS.- Yo soy Marbás, el Maestro de los Maestros, el león furioso, coordinador general de traiciones y puñaladas.
BUER.- ¡¡Adúltero!!... Y yo soy Buer, el abominable ministro de la Impotencia y la Gilipollez.
SARGATANÁS.- Yo soy Sargatanás, la Diabla, primera batuta de la gran charanga y Marica oficial del Abismo.
NEBIRÓS.- Ja, ja, ja,… ¡¡Ladrón!!... y yo soy Nebirós, mariscal de Campo de todos los cornudos y de todas las Zorras que en el mundo han sido.
Al terminar la rueda demoníaca avanza Lucifer y con él todos los demás, levantan el muñeco-Godoy y le mantean en medio de un gran alboroto, gritos y cánticos:
¡ABAJO EL "CHORICERO!
(así llamaban los madrileños a Gody)
¡ABAJO EL "CHORICERO!
¡ABAJO EL "CHORICERO!
¡¡ABAJO GODOY!!
¡Satanás, Satanás, Satanás!
¡No lo pienses más!
¡Satanás, Satanás, Satanás!
¡No lo pienses más!
¡y llévatelo ya al más allá!
¡¡MUERA GODOY!!
Y cae el telón, entre los aplausos y voces que repiten el estribillo. Los servidores vuelven a hacer la luz.
Al terminar la representación y calmados los ánimos, la anfitriona, la Señora Duquesa de Alba, le pidió a los caballeros que se ausentasen de la sala y esperaran en el bar de Palacio tomando copas.
Ella se quedó con las Señoras y les fue explicando las "bases" del concurso y les insistió en que todas tenían que pasar por delante del Jurado con máscara (para lo cual había dispuesto un modelo distinto para cada una de ellas). Todo cubierto menos los pechos. Es más –les sugirió- si alguien quiere intercambiar los vestidos puede hacerlo, para ser menos identificables. Ella mismo cambió el suyo. El Jurado lo componían los Demonios con sus máscaras correspondientes y actuaría de presentador-moderador D. Francisco de Goya.
Pero, llegados a este punto me permito reproducir las palabras del embajador sueco, M. Bernadette, en su "Diario íntimo de mi estancia en España":
"Hoy, 30 de mayo de 1798, he asistido a una Fiesta increíble en el Palacio de los Duques de Alba… y confieso que asistí porque la actual Duquesa me lo pidió en persona. ¡Y a la más Grande de las Grandes de España, y la más guapa, no se le puede negar nada!. (¡Me dan miedo esas Fiestas!).
La cena fue espléndida y abundante, a base de jamón, para mí el mejor del mundo, y marisco "nacional", extraído de las costas y los mares de Galicia.
Luego hubo una representación teatral muy sibilina, pues remedando la cuestión de los Demonios del Reinado de Carlos II, el último de los Austrias españoles, los actores lo actualizaron poniendo al odiado Príncipe de la Paz, don Manuel Godoy, como objeto de sus críticas. Estuvo muy bien y los presentes aplaudieron a rabiar. Lo que demuestra que la Nobleza no quiere al Valido y amante de la Reina María Luisa, como es público y notorio.
Sin embargo, fue después del teatro cuando llegó lo más sorprendente de la Fiesta (se me olvidaba decir que la fiesta se había organizado para esa noche por ser la festividad de San Fernando y por tanto la onomástica del Príncipe de Asturias). Porque se celebró un Concurso totalmente nuevo para mí. Se trataba de elegir los pechos más bellos de las Señoras presentes sin saber a quién pertenecían.
Pero, para que los hombres tuviésemos más conocimientos en la materia la Señora Duquesa nos hizo llegar algo que todavía me sorprendió más: un "Tratado romano de Estética y Belleza", en el que se mostraban y se describían los distintos modelos de pechos femeninos. Por su interés reproduzco algunos títulos de los modelos (¡Ah, sin que se me olvide que como autor del texto figuraba el gran filósofo español-romano Lucio Anneo Séneca!):
• Pechos Unidos
• Pechos Acueductos
• Pechos Tíber
• Pechos Ostia
• Pechos "Mare Nostrum"
• Pechos Iceberg
• Pechos Olimpo
• Pechos Vesubio
• Pechos Alpes
• Pechos Séneca
• Pechos Jordán
• Pechos Atlántida
• Pechos Limón
• Pechos Pera
• Pechos Plátano
• Pechos Astifinos
• Pechos Bizcos
• Pechos Corniabiertos
• Pechos Astinegros
• Pechos Melón
• Pechos Calabaza
• Pechos Ballena
• Pechos Eróticos
• Pechos Abandono
(descripción al final del capítulo).
Y así hasta 50 modelos, con sus ilustraciones correspondientes y sus descripciones.
Con esta documentación en las manos comenzó el desfile de los pechos de las Señoras presentes, quienes por decisión de la Duquesa iban todas con el rostro cubierto por una máscara. ¡No había visto nunca un desfile semejante!. Al final el Jurado eligió los tres que más les gustaron, pero como había que proclamar una "campeona", en ese momento a los Señores presentes se nos dio la posibilidad de votar nosotros también… y eso antes de que las elegidas se quitasen la máscara y mostrasen su persona. También yo di mi voto.
Resultaron ganadoras y se descubrieron entre aplausos:
- Primera y Reina de los pechos más bonitos y más proporcionados la Duquesa de Osuna. Por sus sorprendentes pechos "Pepino" (*) (lo cual no me sorprendió porque era la que yo había votado y, sin duda, una mujer muy guapa en su conjunto).
- Segunda, y Dama de Honor, quedó la condesa de Elda. Por sus perfectos pechos "Síbaris" (*) (una rubia despampanante, que más parecía sueca que española).
*P
echos Pepino: Son como una montaña volcán con su cráter correspondiente, aunque en lugar de salir fuego, piedras y lava sale una protuberancia, dura y redonda muy parecida a un pepino. Imagínense que esa montaña y esa protuberancia en forma de pepino aparecen en el pecho de una mujer… pues no se rompan la cabeza, porque así eran o tenían los pechos las mujeres que las tropas romanas encontraron en Capadocia y junto al Mar Negro. Son pechos, ciertamente, sorprendentes porque por su situación geográfica están más arriba del Ecuador del tórax y aunque unidos en la base están muy separados en la cúspide, o sea los pezones.
*
Pechos "Síbaris": La frase tan conocida de "!Vives como un sibarita!" tiene su origen en la ciudad-estado de Síbaris, una colonia griega que llegó a dominar todo el sur de Italia. Según la Historia Síbaris era la cumbre del buen vivir, del buen comer, del buen amar. Pero, la reina de aquella sucesión de lujos era el cuidado del cuerpo femenino, sobre todo los pechos de las "matronas" más señoriales. Para mantener en forma y llamativos los pechos utilizaban una crema a base de carne de langosta, ostras de Rodas y percebes del Egeo. De ahí que a los pechos bien cuidados se les conozca como "Pechos Síbaris".
- Y tercera, segunda Dama de honor, quedó la condesa de Jaruco. Por sus redondos pechos "Naranja"* (una cubana menudita, pero preciosa, que había nacido en la Habana, de padre español y madre criolla). La Jaruco daría mucho que hablar en los años siguientes.
¡Ah, qué gran enfado se cogió la anfitriona, nuestra Duquesa de Alba, por no haber sido seleccionada!. Tal vez porque a la mujer más guapa de España, la del cuerpo perfecto, no le acompañaban los pechos; algo tenía que fallarle.
Y cuando ya era muy de madrugada y los ánimos y el ambiente estaba de un erotismo "salido" (palabra y significado muy español) comenzó el Campeonato de Penes. Si bien aquí, tengo que decir que el Campeonato no cayó bien entre la mayoría de los caballeros presentes (y yo me incluyo) y nos opusimos frontalmente a semejante "desafío", por ello sólo subieron a

*
Pechos naranja: La primera vez que se habla de este modelo de pechos es el año 202 antes de Cristo. Fue Escipión el Africano, el conquistador de Cartago, en una carta a un amigo de Roma: "lo que más ha sorprendido a mi ejército del mundo cartaginés han sido los pechos de sus mujeres. ¡Increíbles!. Redondos, llenos, duros y de un color rosáceo que parecen naranjas. No me extraña que entre los soldados se hable ya de tetas naranja". dejarse medir el órgano viril algunos atrevidos, y eso porque también se cubrieron con máscaras. Sólo puedo decir que los "ganadores" dieron un tamaño de 27, 25 y 24 centímetros (¡bárbaros!) y que el Jurado estuvo compuesto exclusivamente por mujeres.
Por cierto que la anfitriona se me acercó y me dijo al oído socarronamente:
- Embajador, pues eso no es nada comparado con lo del Príncipe de Asturias. Dicen que casi le llega a las rodillas (y se retiró riendo como un ángel-demonio).
Así terminó la Fiesta. Ojo, las fiestas, que no la noche. Porque algo pasó aquella noche (claro, el embajador no sabía nada de las "milagrosas", las hierbas salvajes afrodisiacas que habían saboreado con el marisco) que nos despertó a todos un ansia incontenible de hacer el amor y las más de cien habitaciones del Palacio ducal y otras dependencias del mismo se ocuparon en cuestión de minutos. A mí también. Y además recuerdo muy bien –ahora pasados los años- que me tocó en suerte una habitación en la que había colgado un espléndido retrato del gran Duque de Alba firmado por Tiziano. ¡Y lo recuerdo porque la mirada inquisitorial de Don Fernando Álvarez de Toledo, el que se comía a los niños según la leyenda flamenca con sus Tercios de Flandes, casi me obliga a abandonar el campo de batalla y mi guerra particular con aquella medio sueca, la de los pechos "Síbaris", que era la condesa de Elda, María Fernanda Fernández de Córdoba y Ladrón de Guevara".
Desgraciadamente, aquella mujer vital, la más Grande de España y la más guapa, cayó enferma un año después, para no volver a levantarse ya que no resistió a la enfermedad mortal.
***
Pues bien, éste era el ambiente de aquella Corte y del Reinado de Carlos IV. "No le iría a la zaga" los de Fernando VII e Isabel II. Por tanto no es de extrañar que cien años después, justo en 1898, España dijera adiós a los restos del Imperio y se perdieran Cuba y Filipinas. Aquellos barros trajeron estos lodos.
MODELOS DE PECHOS SELECCIONADOS:
• Pechos unidos:
Se llaman así, o también pechos mellizos o pechos siameses, a los que nacen y se forman sin separación 95 Julio Merino
alguna y casi estorbándose entre sí. El canal de separación no existe y las bases de ambas mamas se superponen dando lugar a una pared plana aunque unida, pegada. Tienen sus pros y sus contras. En primer lugar que no son cambiantes, es decir que resisten mejor que otros el paso de los años y la maternidad. No cambian. Sin embargo, y en climas muy calurosos o en las estaciones de máximas temperaturas, suelen ser fuente de sarpullidos molestos. A la Historia ha pasado como símbolo de este modelo de pechos la famosa Judit de la Biblia, la que le cortó la cabeza al general Holofernes para salvar al pueblo de Israel.
• Pechos acueductos:
Una de las armas que hicieron grande al Imperio de Roma, además de sus ejércitos organizados en legiones y sus calzadas (hoy carreteras, autovías y autopistas, la "Vía Apia" era una verdadera autopista) fueron sus "Acueductos". Allí donde llegaban lo primero que hacían era construir un acueducto para proporcionar agua a la población. (España es un buen ejemplo de ello dos mil años más tarde). El acueducto era ancho en su base, firme en sus columnas de sostén y estrecho, a veces muy estrecho, 96 RELATOS ERÓTICOS

en el canal de conducción. Pues bien, de ahí viene el nombre de este modelo. Los romanos llamaban "Pechos acueducto" a los que el canal de separación no rebasaba los 3 centímetros en la base y más o menos 12 de pezón a pezón.
• Pechos Tíber:
Fue el gran poeta Lucano (sobrino de Séneca) el primero que habló de este tipo o modelo de pechos… y lo hizo en un poema que se hizo famoso y popular en la Roma de Nerón. Los primeros versos decían: "Son tus pechos, Popea, como reflejo de nuestro Flumen Tiberis (Río Tíber): ancho en la llanura y fáciles de vadear y profundos y rocosos en la estructura. Son tus pechos el centro de tu cuerpo, como el Tiberis para Roma, y nadie puede pasar a tu lado sin mirar los islotes (se refería a los pezones) de la curva que rodea al Campo de Marte". Desde entonces los romanos llamaron "Pechos Tíber" a los que son anchos en la base y estrechos y duros en la cúspide.
• Pechos Ostia:
Ostia era el puerto y la playa de Roma, y llegó a ser la zona residencial más lujosa del Imperio. Allí pasaban muchos días en sus palacios Tiberio, Claudio, Calígula… Pero, también era la entrada del Tíber al mar y 97 Julio Merino
donde el río se abría de par en par. Quizá por ello los romanos comenzaron a hablar de los "pechos Ostia", es decir pechos que se abren desde el centro a las orillas, pechos que pasadas las estrechuras se desparraman para ampliar sus formas y fundirse con el mar con suavidad. Son algo más que los "pechos Tíber" y algo menos que los "pechos Mare Nostrum". Normalmente nacen por debajo del Ecuador y son blandos y de tonos casi marrones, como arenas de playa. Eso sí, con grandes rosetones en torno a los pezones. Soportan mal el paso de los años.
• Pechos "Mare Nostrum":
El Medite-rráneo actual fue para los romanos el "Mare Nostrum", dado que en el esplendor del Imperio llegaron a dominar todas las costas que dan cabida a sus aguas, desde Gibraltar hasta el Israel de hoy y desde El Cairo a Marsella. Eran los puntos más separados, los más distantes del centro… y quizás por eso a los pechos más abiertos el mismísimo Ovidio los llamó "Pechos Mare Nostrum". Este tipo de pechos muy separados suelen ser al mismo tiempo muy redondos y con pezones casi negros. Según habladurías romanas así los tenía la Reina Cleopatra de Egipto y por eso llamó 98 RELATOS ERÓTICOS
tanto la atención durante su estancia en Roma.
• Pechos Iceberg:
El "Doctor Arrows-mith", uno de los personajes que le dieron el Nobel de Literatura de 1930 a Sinclair Lewis, se casó en segundas nupcias con una ciudadana americana que lo tenía todo: belleza, dinero, juventud, simpatía, relaciones sociales, inteligencia… Bueno, todo, menos una cosa, que además no la dejaba ser feliz: sus pechos. Porque aquellos pechos pequeños no se correspondían con la esbeltez de su cuerpo. Arrowsmith, un investigador nato, se puso entonces a estudiar los pechos de su mujer y muy pronto descubrió la "anomalía", que aquellos pechos en lugar de desarrollarse hacia fuera lo hacían hacia dentro, y por ello tenía un pecho protuberante y unas mamas pequeñas. "Son como un Iceberg-dijo- que sólo sobresale a la superficie la parte más pequeña del todo". O sea, una masa grande bajo la superficie y dos puntas por encima y a la vista, sí, dos puntas, porque Arrowsmith descubrió que los icebergs tienen como dos cabezas separadas entre sí (según él para que los vientos tuvieran una salida y no arrastrasen en demasía al cuerpo sumergido). Son "pechos Iceberg".99 Julio Merino
• Pechos Olimpo:
El olimpo no sólo era la montaña más alta de Grecia, el Olimpo era la morada de los dioses, allí donde reinaba el gran Zeus, ayudado y servido por los dioses mayores y menores (y hasta por "Pegaso", el caballo volador). Entre aquellos dioses que formaban el Gobierno había cinco mujeres: Hera la Reina; Palas Atenea, la diosa de las ciudades, la artesanía y la agricultura; Artemisa, la diosa de la caza; Afrodita, la diosa del Amor y la Belleza y Hestia diosa del fuego y la virginidad. Según Homero todas eran guapísimas y esplendidas en sus formas. Pero, lo que no dice el ciego de "La Iliada" es que Zeus, que era un Don Juan impenitente, exigía a sus diosas unos pechos divinos. O sea, centrados pero altos; redondos, pero duros, y con pezones rojizos. Son los "pechos Olimpo". Los pechos de las diosas.
• Pechos Vesubio:
El Vesubio es el volcán de Italia (junto con el Etna de Sicilia) pero su fama y su presencia en la Historia le viene por la famosa erupción del año 79 antes de Cristo, que se tragó en unas horas la ciudades de Herculano, Estabias y Pompeya (sobre todo Pompeya, pues por ese tiempo era la ciudad que competía con 100 RELATOS ERÓTICOS
Roma en Arte, riqueza, cultura y lujo). De ahí, de esa catástrofe que conmovió los cimientos de la República, debió sacar el poeta erótico-amoroso Meleagro el nombre de "pechos Vesubio"… ¿y cómo son esos pechos?. Según Meleagro son pechos altos, llenos, redondos, que se caracterizan por algo especial: los pezones se esconden hacia dentro dejando un hueco parecido al cráter del volcán y sólo sumergen y se disparan hacia arriba tras una erupción de fuego. Son fríos en calma y queman cuando el interior se agita. O también cuando se enfrentan a temperaturas bajas o se sumergen en el mar, porque entonces los pezones escondidos se alargan y se tornan agresivos.
• Pechos Alpes:
Los Alpes no son un monte cualquiera, los Alpes son la cordillera más alta de Europa, donde los picos se levantan hacia el cielo como mellizos y con alturas de más de cuatro mil metros. A pesar de ello, y a pesar de su belleza natural sorprendente (sigue siendo una de las zonas más turísticas del mundo), los Alpes se caracterizan por ser fáciles de atravesar, gracias a los profundos valles que separan las cumbres. Anibal, Julio César y Napoleón pasaron 101 Julio Merino
por entre las montañas como Pedro por su casa. Pues bien, los romanos llamaron enseguida "pechos Alpes" a los que nacían fuertes y robustos; firmes y paralelos, como hermanos siameses; anchos en la base, pero accesibles en la subida; puros y frescos como el aire de nieve… y, por su situación en el cuerpo, separados, o sea en una longitud mínima de 15 grados, y en una latitud más alta que el Monte Blanco y el Monte Rosa.
• Pechos Séneca:
Al gran Séneca le costó un destierro de ocho años en Córcega su "aventura" amorosa extraconyugal con Julia, la hermana de Agripina, a su vez madre de Nerón y emperatriz de Roma por su boda con Claudio. Lucio Anneo Séneca era por esos años estoico convencido y el azote de las inmoralidades de la Corte… Pero, un día perdió la cabeza y se echó al monte con la bella Julia. ¿Por qué?. Él mismo lo explicaría más tarde a su discípulo Lucilio: "Muchacho, Julia no era ni mucho menos la mujer más bella de Roma, pero tenía los pechos más increíbles que hombre alguno pueda imaginar y cuando los ví por primera vez al desnudo mi vista se nubló y mi cerebro desapareció. Aquellos pechos eran redondos pero 102 RELATOS ERÓTICOS
puntiagudos, llenos pero no rebosantes, centrados pero mirando hacia arriba… ¡Dios, qué milagro!". Pechos Séneca.
• Pechos Jordán:
El Jordán es el río de la Biblia, de Israel, del Bautista y hasta de Jesucristo, pues con sus aguas fue bautizado. Desemboca en el Mar Muerto y su cauce (260 km) transcurre por terrenos que están por debajo del nivel del mar… Pues bien, cuando los romanos conquistaron y se apoderaron de la entonces Palestina una de las primeras cosas que observaron fue que los hombres eran muy altos y de piel tostada tirando a negra y que las mujeres tenían los pechos muy bajos (como puede comprobarse en las pinturas que representan a María Magdalena y las primeras cristianas). Desde entonces las mujeres romanas (hasta Aurelia, la madre de César) llamaron despectivamente "pechos Jordán" a los pechos caídos. Visibles y a veces hasta hermosos, pero bajos, muy al sur del Ecuador. No hay que olvidar que para la gran Roma sólo existían dos puntos cardinales: el Norte, que era todo lo que quedaba por arriba, y el Sur, que era todo lo que quedaba por abajo. No supieron que la Tierra era redonda hasta muchos siglos después y tras la condena 103  de Galileo Galilei.
• Pechos Atlántida:
La "Atlántida", que nunca se ha sabido muy bien qué fue, si una ciudad o una isla sumergidas, fue ya tema de escritores en la antigüedad, desde Herodoto, y modernamente fue tema musical para el gran Manuel de Falla, que compuso una sinfonía entre lo grandioso y el misterio. Los romanos, los hispanos, los mauritanos, la situaban más allá de las columnas de Hércules y a la salida del Mediterráneo al Atlántico. La Atlántida ha sido y sigue siendo el misterio de lo profundo. Quizás por eso a los pechos que nacen más alejados del Ecuador y próximos al ombligo se les llame "pechos Atlántida". Eso por su situación geográfica, pero por sus formas suelen ser pechos muy bien formados y hasta atractivos. Son como "limones del sur".
• Pechos Limón:
A la hora de comparar los pechos femeninos con una fruta o fruto está claro que el limón se lleva la palma, pues no ha habido poeta que se precie que no haya dedicado un verso al tema. Comenzando por el gran García Lorca que en un poema suelto dejó escrito: "Limonar. Nido de senos amarillos. Limonar. Senos 104 RELATOS ERÓTICOS
donde maman las brisas del mar…". O el romano Virgilio, cuando le canta a una de sus pastoras que "son tus pechos dos limones que piden a gritos echarse a volar. No los dejes que se te escapen y rema con ellos hasta el mar…". Y como el limón es de sobra conocido poco se puede añadir. Los "pechos limones" son pequeños, duros, macizos y con pezones en punta. Además poseen dos cualidades innatas: que nacen casi siempre altos, por encima del Ecuador, y que resisten muy bien la maternidad y hasta la menopausia.
• Pechos Pera:
La pera es el fruto carnoso que da el peral. Se la conoce desde los tiempos de Alejandro Magno (siglo IV antes de Cristo). Hay dos clases de peras (aunque muchas variedades): la pera dura y la pera blanda (a esta se la conoce también como "pera de agua"). Por su forma, como se dice en el modelo anterior, es muy parecida a la breva. O sea, base gruesa y redonda que se va alargando hasta terminar delgada y con pezones en punta mirando hacia arriba. Suele nacer por encima del Ecuador (lat. 5 ó 10) aunque al desarrollarse baja y baja más con el paso de los años. Son pechos de piel suave, pero 105 Julio Merino
resistente, si son como las peras duras y de piel áspera y superfrágil si son como las peras de agua. Algunos modistos dicen que son los pechos ideales para escotes abiertos.
• Pechos Plátano:
Son o se llaman "pechos plátano" los que nacen casi en el centro pero con tendencia clara havia el exterior. Son pechos alargados, redondos y finos, que vistos desde el frente parecen ciertamente dos plátanos, el famoso fruto de origen tropical (y canario). Terminan en la vertical de las axilas con pezones retorcidos, unas veces hacia arriba y otras hacia abajo. Nacen siempre en torno al Ecuador. En el Caribe, donde aparecen con frecuencia, se les llama también "pechos playeros" (como a determinados toros en la Baja Andalucía). Pueden medir desde la base de nacimiento al pezón entre 15 y 25 centímetros. En la Historia se habla de este tipo de pechos en la Numidia (hoy Argelia) del rey Yugurta. Salvador Dalí debió conocerlos porque son los que plasma en su obra "Shirley Temple, el más joven monstruo sagrado del cine de su tiempo".
• Pechos Astifinos:
El primero que habló de "pechos astifinos" fue Aristóteles, más  o menos 300 años antes de Cristo. Luego que no saquen pecho los taurinos como descubridores del modelo… Son "toros astifinos" los que tienen los cuernos delgados, limpios, brillantes y hacia arriba. Según los propios toreros son peligrosos porque si te "empitonan" penetran hasta el fondo, aunque sus heridas sean limpias como la de una espada toledana. Ahondan pero no desgarran. Son pechos astifinos los que acaban en pezones alargados, finos, duros y resistentes… y sobresalen o dicen "aquí estoy" aun yendo cubiertos y sujetos. Por la situación en el cuerpo suelen estar por encima del Ecuador y bastante centrados (long. 10 y lat. 5). En la Historia aparecen como "pechos astifinos" los de la Princesa de Éboli y en el Cine los de María Félix.
• Pechos Bizcos:
En el mundo taurino se llama "toro bizco" al que sus astas no guardan simetría y queda una más alta que la otra. O sea, una por encima del Ecuador y otra por debajo. Algo parecido sucede con algunos pechos femeninos, que sin saber por qué tienden uno hacia el norte y el otro hacia el sur. Normalmente son pechos llenos y abundantes, con pezones anchos en la base y puntiagudos en las puntas.
Son casos aislados que suelen aparecer en climatologías inestables y cambiantes, aunque de mucho sol. Goya los plasmó en varios de sus aguafuertes llamados "Caprichos". Las mujeres que los poseen suelen ser madres de abundantísima leche en periodos de lactancia.
• Pechos Corniabiertos:
Se llaman así a los pechos que teniendo una base de latitud 0 y una longitud entre 15 y 20 terminan con unos pezones llamativamente inclinados hacia el exterior, que en algunos casos alcanzan hasta una "longitud 25". Son pechos abiertos o muy abiertos que se dan en mujeres de gran corpulencia física y tallas altas. Se les llama también "cornianchos". Curiosamente son los más aplaudidos por los varones y en terminología taurina los más temidos por los toreros. Según el Cossío fueron los "toros corniabiertos" los que dieron lugar a las famosas "espantás" del Gallo, el marido de Pastora Imperio… En la Historia, al decir de Suetonio, tenía unos pechos corniabiertos la famosa Mesalina, la emperatriz y terror de los burdeles de Roma… y en el cine Anita Ekberg.
• Pechos Astinegros:
Son unos pechos casi únicos, y no por sus formas ni por su situación en el cuerpo, sino por su color, ya que son blancos como la leche más blanca en la base y lo que es la mama en sí y negros como la tinta negra en los rosetones y los pezones. O sea, blanquinegros. Nacen centrados, en pleno Ecuador, aunque separados o muy separados, y además frontales… y además resisten plenamente la pubertad, la maternidad y la menopausia. Según algunos de los biógrafos de Julio César así eran los pechos de Servilia, su amante durante muchos años y a su vez madre de Bruto. Las mujeres de pechos "astinegros" o "blanquinegros" suelen ser muy velludas sobre todo en la espalda, en el surco o canal que baja desde el cuello a la cintura y de carácter muy fuerte.
• Pechos Melón:
Que el cuerpo humano es todavía, en muchos aspectos, un misterio lo dicen los científicos, los médicos, los químicos y hasta los siquiatras. También es cierto que cada día se descubre algo nuevo que aclara misterios de ayer. Uno de esos descubrimientos fue la hormona llamada "prolactina", la que más influye en la forma y el tamaño de los pechos femeninos y la mayor o menor abundancia de leche materna. La mujer que tiene pechos grandes, muy llenos (como melones) y blancos es porque tiene exceso de "prolactina" y viceversa. Y también es curioso saber que la fuente principal de "prolactina" es el estrés. A más estrés, por tanto, más "prolactina" y pechos más grandes y llenos. Y en esto influye poco la edad.
• Pechos Calabaza:
Este es el no va más de los pechos grandes y en su formación influye más la alimentación que la prolactina. O sea, la absorción abundante de grasas y escasez casi total de hidratos. Por su forma y su tamaño son, ciertamente, llamativos. Pero, hay algo que todavía sigue siendo un misterio, la estructura rugosa (a veces arrugas profundas) de las mamas y la desaparición de los pezones. Vistos desde frente son como una pared lisa y con dos rosetones (estilo gótico) amplios y una selva de granulados rosáceos y puntiagudos. Como un misterio es que estos "pechos calabaza" no produzcan leche alguna durante la maternidad y que las arrugas se vayan borrando con el paso de los años.
• Pechos Ballena:
Se llaman "pechos ballena" (o también "pechos foca" o "pechos elefante")… y no tienen nada que ver con los "pechos hamburguesas" de las "gordas" de Botero ni las americanas de la "comida basura". Los "pechos ballena" no son producto de la obesidad ni de la alimentación y las grasas, pero son enormes, pues rompen todas las normas y todas las formas. Nacen por encima del Ecuador, aunque sus raíces parecen salir de los hombros, y por la longitud no sólo llenan el pecho sino que los desbordan por los laterales, hasta el punto de rebasar la vertical de las axilas. Las mamas parecen como dos globos hinchados y a punto de estallar. Lo curioso, sin embargo, es que casi siempre se presentan en cuerpos normales, no gordos ni llenos. Unos "pechos ballena" pueden darse en mujeres (incluso jovencitas) delgadas y esbeltas. ¿Exceso de prolactina?. No se sabe, son un misterio. Por cierto, y otra curiosidad, los corsés femeninos para sostener los pechos se hicieron durante siglos con las láminas córneas y elásticas que el animal posee como dientes: el corsé de ballena.
• Pechos Eróticos:
Cuando París era la casa del arte y los grandes de todo el mundo luchaban entre sí buscando nuevas fórmulas (realistas, impresionistas, modernistas, cubistas y etc.) apareció el desnudo de Gustavo Courbet, y allí se armó la marimorena. Era "La mujer de la ola" (hoy en el Museo Metropolitano de Nueva York). O sea, una mujer que sale del mar en postura poco académica, con un busto de tamaño natural que emerge de las olas, con los brazos que dejan ver incluso el vello de las axilas, pintada en tonos rojizos y azules para resaltar la hinchazón de los senos y la influencia del frío, que hacen que los pezones aparezcan erguidos y en punta. Cezanne se llevó las manos a la cabeza y dijo que al ver esta obra "uno tiene la boca llena de colores y babea". Otros dijeron que eso era erotismo y no arte, por no decir pornografía… Coubert se limitó a mostrar el tratado de Durero sobre las proporciones humanas y los dibujos sobre el cuerpo de Leonardo da Vinci. En la naturaleza –decía el artista- sólo hay formas y colores, el erotismo esta en la mente del hombre.
• Pechos Abandono:
Frente a los "pechos Síbaris", los más cuidados, están los "pechos abandono". Es decir, los pechos de aquellas mujeres que por circunstancias externas (sociológicas, económicas, patrimoniales, maternales, depresivas) o genéticas se abandonan y renuncian a los cuidados y atenciones más elementales que exigen las normas de la Belleza. ¡Y esto no es un problema de edades!, porque ese abandono puede ser consecuencia de un fracaso amoroso juvenil, el hastío de la rutina del ama de casa, un fracaso matrimonial, la desaparición del compañero y la viudez o las drogas, el alcoholismo y las inclinaciones suicidas. Cuando la mujer deja de mirarse al espejo, cuando la mujer vive en permanente pijama de "estar en casa", cuando la mujer no tiene vida social alguna o se siente postergada por la aparición de otra mujer, tiende al abandono… y eso se nota en todo su cuerpo, pero especialmente en sus pechos, ya que entonces la masa que les da forma se reduce, se arruga y se hace flácida, con lo cual los pechos se vienen abajo y se dejan caer hacia el Sur. Son los "pechos abandonos".

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